Earhart saltó a la fama cuando, el 17 y 18 de junio de 1928, se convirtió en la primera mujer en realizar como pasajera la travesía del Atlántico, en un avión comandado por los pilotos Wilmer Stultz y Louis Gordon, que recorrió los 3.200 kilómetros que distan entre Terranova y Gales. Ese mismo año realizó varios vuelos en solitario a través de Estados Unidos. En 1931 contrajo matrimonio con el afamado editor y explorador George Palmer Putnam, pero decidió conservar su apellido de soltera.
Entre el 20 y el 21 de mayo de 1932 realizó en solitario la travesía del Atlántico. Fue la primera mujer en completar sin acompañantes este peligroso viaje, proeza que no había vuelto a producirse desde el histórico vuelo de Charles A. Lindbergh en 1927; estableció además una nueva marca de velocidad, al alcanzar Irlanda en apenas trece horas y cincuenta minutos. Earhart fue galardonada por el Congreso de Estados Unidos con la Cruz Distinguida de Vuelo, la primera otorgada a una mujer. En los meses siguientes realizó diversos vuelos de costa a costa de Estados Unidos, como el que la llevó de Los Ángeles (California) a Newark (Nueva Jersey). Su celebridad le permitió promover el uso comercial de la aviación y defender, desde una postura feminista, la incorporación de las mujeres a este nuevo campo profesional.
En enero de 1935 llevó a cabo en solitario la travesía entre Honolulú (Hawai) y Oakland (California), recorriendo una distancia superior a la existente entre Estados Unidos y Europa. Fue el primer piloto en completar con éxito este difícil viaje sobre aguas del Pacífico; los anteriores intentos habían concluido en desastre. A fines de ese mismo año estableció un nuevo récord de velocidad, volando sin escalas entre Ciudad de México y Nueva York en algo más de catorce horas.
Una desaparición misteriosa
En 1937, Amelia Earhart anunció que intentaría dar la vuelta al mundo utilizando una ruta distinta a la habitual en estas travesías. En efecto, los viajes en avión alrededor del mundo se habían desarrollado, hasta entonces, en cortas etapas a través de los cielos del hemisferio norte. Earhart intentaría, junto a su copiloto y navegante, el capitán estadounidense Frederick J. Noonan, circunvolar el globo siguiendo la línea del ecuador, en un bimotor Lockheed Electra 10-E. Iniciaron el viaje el 1 de junio de 1937, volando desde Miami (Florida) hasta Sudamérica; de allí a África y posteriormente a las Indias Orientales.
Tras haber completado 33.000 kilómetros en treinta días, más de los dos tercios de la travesía, su avión desapareció en medio de un temporal el 2 de julio, cuando realizaban la penúltima etapa del viaje, que habría de llevarles desde Lae (Nueva Guinea) a la isla Howland, junto a Australia. La desaparición de Amelia Earhart y de su experto copiloto fue motivo de numerosas y a menudo fantásticas especulaciones, pero hasta hoy día se desconocen las circunstancias del accidente y el lugar exacto donde se produjo.
El último contacto por radio del Electra fue con un guardacostas de la isla Howland, al que Earhart comunicó que todavía no divisaban la isla y que se estaban quedando sin combustible. Al conocerse el accidente, el gobierno de Estados Unidos destinó grandes recursos a la búsqueda del avión y de sus tripulantes, sin ningún resultado; la conclusión oficial fue que, por falta de combustible, el aparato cayó sobre el Pacífico antes de llegar a la isla.
Pero la búsqueda de pistas continuó después, de la mano de diversos organismos e investigadores, y prosigue en nuestros días. Algunos de los nuevos indicios encontrados confirman la versión oficial; una segunda teoría, basada en el hallazgo de restos humanos y del fuselaje de difícil identificación, sostiene que el avión hizo un aterrizaje forzoso en la isla Nikumaroro (una de las Islas Fénix, actualmente pertenecientes a la República de Kiribati), y que Earhart y Noonan sobrevivieron durante algún tiempo como náufragos en la isla.
Menos apoyo tiene la novelesca teoría de que Amelia Earhart y su copiloto, al no poder divisar Howland, se dirigieron a las Islas Marshall, dominadas por los japoneses. Allí fueron capturados como espías y ejecutados, o bien, tras una serie de negociaciones con Estados Unidos, llevadas en secreto para evitar un conflicto diplomático, se les permitió regresar a su país con identidades falsas. Poco después de su desaparición, el marido de Amelia Earhart publicó un libro basado en el diario de vuelo de su último viaje.
Referencia: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/e/earhart.htm
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